martes, 14 de abril de 2020
CUENTOS PARA ACOMPAÑARNOS
Desde la asociación de narración oral de Madrid, MANO, a la que pertenezco, y dentro del Espacio y Tiempo que nos está tocando vivir con la pandemia del COVID19, hemos puesto en marcha una propuesta de contar cuentos por teléfono (y de paso un homenaje a Gianni Rodari en el centenario de su nacimiento y a sus "cuentos por teléfono". Y de paso un homenaje al 14 de abril, día en que se constituyó la segunda república en España...) a personas que de alguna manera son más vulnerables a la pandemia, se encuentran más solas y tienen muchas ganas de que les cuenten, les reciten, les canten, o simplemente les conversen al oído un ratito...
Y hoy he comenzado yo.
14 de Abril. Bonito día. No luce el sol aquí en Madrid, pero sí en mi corazón después de este pequeño estreno solidario.
He llamado a una mujer con nombre de flor hermosa y primaveral.
Rosa.
Hemos hablado. Yo le he hablado de mi, Y ella me ha hablado de sí....
Después le he contado un cuento, mejor dicho, una leyenda medieval y muuuuuy actual.....
Como Rosa me ha contado cosas que ha tenido que vivir con respecto a malos tratos, y además está dentro del grupo de teatro "Mujereando" he pensado que esta leyenda era perfecta para ella esta mañana venturosa.....
La leyenda habla del rey Arturo y de uno de los acontecimientos que tienen lugar durante su reinado.
El libro que veis lo adquirí hace muchos años. Me encantaron las ilustraciones.
Sin embargo me resulta muy curioso como una simple frase puede cambiar el sentido de lo que se quiere transmitir.
¡Cuidado con el lenguaje!
Las ilustraciones son magníficas, pero la frase más importante de la leyenda, que contiene todo el significado profundo de la historia... en el libro adquiere un sentido absolutamente sexista y fuera de lugar.
En la leyenda auténtica no es así sino todo lo contrario.
El trasfondo de esta leyenda guarda en esa frase un contenido feminista profundo de igualdad y derechos de la mujer.
Pero no puedo (no debo) desvelar el misterio de esta leyenda. Debes ser tú quien desvele el secreto.
¿Por qué?
Lo sabrás al final de la historia.
Solo decir que Rosa ha quedado encantada y espera escuchar otro relato, poema o chascarrillo en nuestro próximo encuentro telefónico....
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